Economía Social y ODS

Por Antonia Sajardo Moreno

La Agenda 2030 conforma la hoja de ruta trazada por Naciones Unidas, referida a las tres dimensiones que implica el desarrollo sostenible, a saber, en su vertiente económica, social y ambiental, base para construir un modelo de crecimiento inclusivo y respetuoso con el planeta. En su seno se establecen los denominados Objetivos de Desarrollo Sostenible como una oportunidad y un desafío por alcanzar sociedades justas, prósperas, igualitarias y sostenibles. Se trata de 17 objetivos que apuestan por la eliminación de la pobreza, la lucha férrea contra el cambio climático, la educación, la igualdad de la mujer, la defensa del medio ambiente o el diseño de ciudades saludables y felices, donde el ser humano sea el eje y el acicate de toda acción individual o colectiva.  Una a puesta decidida por la reducción de las desigualdades y por el trabajo decente a nivel global, con el objetivo de asegurar un desarrollo económico que genere una mayor cohesión social en los territorios y encontrar los medios para hacer frente a las consecuencias del cambio climático.

Y en este contexto, las potencialidades de la Economía Social se hacen especialmente relevantes, particularmente en el complicado marco económico actual, sacudido profundamente por la pandemia mundial, y que pone en jaque nuestra manera de concebir la economía y articular la sociedad, incluso nuestra propia existencia, en un planeta de recursos finitos. La Economía Social conforma un sector de actuación económica alternativa a la economía dominante, estructurada sobre la primacía de las personas y de lo social, sobre el capital, e informada por una lógica de funcionamiento económico marcada por los principios y valores de la democracia, la justicia, la solidaridad y el pleno desarrollo integral del ser humano. Tales principios y valores se ven plasmados en la actividad de las entidades y empresas del sector, así como en sus interrelaciones con sus grupos de interés, poniendo de manifiesto su contribución primigenia al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) abanderados por la Organización de las Naciones Unidas.

La Economía Social aporta ejemplos tanto paradigmáticos como innovadores y cotidianos, emanados de la propia sociedad civil, que han venido siendo avalados y confirmados por el Sector Público, merced de modelos de colaboración, de apoyo, o simplemente de independencia y respeto. Fiscalidades privilegiadas, líneas de ayuda financiera o administrativa, legislaciones positivas… dan buena cuenta de ello. Pero también el mercado es consciente del potencial de la Economía Social, cuya disciplina impele al mismo a la eficiencia y a la eficacia en sus actuaciones, pero desde otro molde de acción y de gestión del resultado alcanzado. Al fin y al cabo, Economía más humana, solidaria, sostenible, ética, responsable, fiable… y donde la persona sea el origen y finalidad última del proceso económico.

Así, las empresas y entidades de Economía Social logran resultados favorables para los socios y trabajadores a todos los niveles (económico, social, sanitario, educacional, etc.), al igual que facilitan la preservación de espacios naturales y la mejora de las condiciones de vida en general para toda la comunidad, colaborando decididamente en la generación de economías y sociedades inclusivas, justas, equitativas y sostenibles. La constatación de este hecho en diferentes lugares y bajo distintas formas de implementación, es el que pone de manifiesto la importancia de la Economía Social como vía para lograr alcanzar los ODS de forma exitosa.

Tal es la importancia de los ODS, que son unos de los ejes sobre los que gira esta nueva edición de IMAT. Su presencia a lo largo de todo el Congreso es indudable, porque si queremos un cambio, es imprescindible hablar sobre él y darle el protagonismo que se merece. Una de las actividades clave de los ODS en IMAT 2021 es la mesa redonda “Educar para los ODS”, que tendrá lugar el día 1 de julio. ¡No te la pierdas, el cambio empieza ahora!

Keywords: Economía social, ODS, Sostenibilidad, Solidaridad